Un hombre que ha experimentado grandes peligros y realizado aventuras que se encuentran entre la vida y la muerte, así podríamos definir a Xavier De Le Rue, quien en esta nueva hazaña ha logrado demostrar que el miedo no no le pertenece. Una experiencia donde el error no es una opción.
Xavier contactó a su amigo Tony Lamiche, un experto esquiador y escalador de montaña. Con tal respaldo y carta bajo la manga, se aventuró a bajar la cara norte del «Aiguille du Midi», una rocoso pico de 3,842m ubicado en Chamonix, en la montaña más alta de Europa, el Mont Blanc. El acceso principal sería gracias al teleférico, el que todavía mantiene el récord de ascenso vertical más alto del mundo.
Fue justo por debajo de este teleférico, donde el equipo descendió. Una ruta de 500 m de largo que está clasificado como muy difícil, con una pendiente media de 50-55 grados y pasajes de hasta 58 grados.
«Cada una de sus rutas cuenta con un terreno de un alto y complejo ángulo, es la exposición a la muerte. Rapelear es obligatorio, pues una capa de nieve muy delgada cuelga del hielo glacial que conforma la cima.»