luego de años de exponer públicamente la actividad de barcos balleneros ilegales, bloquear puertos y movilizar a miles de personas para que condenen el comercio de carne de ballena, Greenpeace logró que Islandia suspenda la caza de ballenas de aleta durante el 2016.

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La ballena de aleta es el segundo animal más grande en nuestro planeta que crece hasta 27 metros de largo y está en peligro de extinción a nivel internacional. Estos enormes cetáceos han sido algunos de los primeros objetivos de los arpones de caza, y sus poblaciones fueron prácticamente exterminadas en muchas áreas. Esta suspensión es un importante anuncio para las ballenas, y para todos los que nos oponemos a esta caza que no tiene ningún sentido ambiental, económico ni social.

Desde 1975 Greenpeace trabajando incansablemente. Hicimos que las imágenes de nuestros activistas defendiendo las ballenas conmuevan al mundo, e impulsen un movimiento global contra la cacería. Fue así que en 1994 conseguimos crear el Santuario Ballenero Austral que abarca los mares que rodean la Antártida. Y el año pasado, todos los países acordaron elaborar un tratado para proteger la vida marina en aguas internacionales. Debemos seguir defendiendo estas victorias y que el trabajo de tantos años no haya sido en vano.

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Tenemos que conseguir que la caza de estos mamíferos marinos termine para siempre. Podemos hacerlo juntos.