Después de cuatro meses de investigación independiente Greenpeace descubrió que el gobierno sacrificó a Chiloé. El vertimiento de salmones que autorizó fue lo que desencadenó la crisis socioambiental en la zona.
Esto, como sabes, produjo grandes impactos en el ecosistema marino y el abandono y desamparo de toda la comunidad de la isla.
En marzo el gobierno permitió el vertimiento de 9 MIL toneladas de salmones en estado de descomposición al mar sin prever las consecuencias. El Ministro Céspedes no dudó a la hora de privilegiar los intereses de las empresas salmoneras y no le importó sacrificar a Chiloé traicionando a una zona única de nuestro país, patrimonio cultural y social de todos los chilenos. Es urgente preservar nuestros océanos y toda la riqueza que se desarrolla a su alrededor.
Hace 35 años que las salmoneras contaminan el mar y sus impactos son cada vez más fuertes y evidentes. Lo que pasó en Chiloé es un ejemplo claro de cómo afecta esta industria a nuestros océanos. HAZ CLICK AQUÍ y pídele al gobierno acciones concretas para que lo que sucedió en la isla NO pase nunca más.