Una gran aventura fue la que vivieron el día de ayer el snowboarder chileno-estadounidense Rafael Pease y el esquiador español Marc Pio, quienes se adentraron en las montañas de Los Andes centrales para deslizar por una ruta prácticamente virgen de gran complejidad técnica a más de 3 mil metros de altura.

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Comienzo de la caminata con pieles desde la base del chute

Con el fin de registrar nuevas líneas para el documental Connections Film, en su etapa en Chile, el equipo se trasladó a la base de una quebrada que daba inicio un inclinado chute de  entre 40 y 45 grados, el que prometía buenas condiciones de nieve para su descenso. Una ruta que para su acceso requirió en su totalidad más de 19 kilometros entre descensos, caminatas y rando.

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poco más arriba las pieles tuvieron que ser reemplazadas por pura pierna

Poco más de 2 kilometros de longitud tiene este chute, el que exige una gran condición física, como un gran nivel de ski y snowboard. El terreno que parecía desde lejos ser auspicioso, finalmente concluyó por ser un pasillo que en su interior contenía piedras, un pequeño río que corría bajo la nieve producto de una cascada de hielo ubicada en la cima, además de desprendimientos constantes de rocas, nieve dura y hielo.

Rafael Pease bajando tras el paso de una gran neblina

La aventura contó con la inesperada compañía de un fiel perro llamado Rosco, el que acompañó al equipo en toda la travesía, aportando carisma y humor en variadas ocasiones.Esto agrega a la aventura el hito de contar con el primer descenso canino en la historia de este «Couloir»

El registro audiovisual fue hecho por ecoxtreme Media, en un día complicado en cuanto a visibilidad, producido por constante nubosidad baja y viento.

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